Daniel 6:10
Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.
Mateo 6:6
Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Charles
H. Spurgeon dijo una vez:
La adoración verdadera no es el sonido tumultuoso que se repite por los labios clamorosos, sino es el silencio profundo de un alma que se abraza a los pies de Jehová.
El
principio de arder para el Señor lo encontramos en los dos pasajes que tomamos
como base para este tema. La consagración íntima y personal con Dios es el
inicio de un ministerio lleno de su presencia, unción y dirección. Todos
queremos ser como un Elías que hizo descender fuego del cielo, un Moisés que
hizo abrir el mar en dos, Eliseo recibiendo el manto de la unción. Pero se nos
olvida que Moisés estuvo a solas con el Señor en el monte Horeb después de
cuarenta años pastoreando en Madián, Elias estuvo a solas en la cueva deprimido
y Eliseo después de recibir el manto fue ayudante y aprendiz de Elías por
algunos años. Ninguno inició en lo portentoso de las señales, todos iniciaron
en la tranquilidad de la intimidad.
Hoy
veremos un poco acerca de Daniel y su ministerio. Cómo Dios llevó a un joven
del anonimato a ser el segundo hombre más importante de Babilonia.
La primera intimidad de Daniel
Primeramente,
Daniel es llevado cautivo a babilonia junto con otros jóvenes más, pero, de ese
puñado de Jóvenes todos ellos del linaje real de los príncipes, inteligentes de
buen parecer, estudiosos y que se les enseñase la lengua y la letra de los
caldeos, el Señor centra nuestra atención en solamente cuatro jóvenes. ¿Cuál
era la diferencia entre estos jóvenes del resto? Que ellos propusieron no
contaminarse de la comida del rey. Sabían perfectamente que esos alimentos eran
consagrados a un Dios pagano y Daniel junto con sus compañeros decidieron comer
solamente legumbres. Al cabo de diez días sus rostros eran mas robustos y
mejores que el de lo jóvenes que si comían de la comida del rey.
Además
de esto, dice la escritura Dios les dio inteligencia y conocimiento en todas
las letras y ciencias, y Daniel tuvo entendimiento de visiones y sueños. Si no
fuera suficiente, al ser llevados delante del rey, fueron hallados diez veces
mejores que todos en todo. Sin duda alguna la gracia del Señor estaba sobre
estos jóvenes.
La
segunda intimidad de Daniel
El rey
Nabucodonosor tuvo un sueño, el cuál pidió interpretación a los sabios de
babilonia, al no encontrar respuesta y desconfiar de lo que le dirían, los
mandó a matar. Y nuevamente Daniel aparece en escena pidiendo una prórroga para
recibir revelación… el rey le da la prorroga y Daniel nuevamente hizo lo que
tenía que hacer. Dice la escritura que Daniel se fue a su casa, y comenzó a
pedir por la interpretación de ese sueño, ayudado también por las oraciones de
sus amigos, Misael, Ananías y Azarías. Daniel recibió la interpretación del
sueño y se la dio al rey Nabucodonosor.
Maravillosamente
Dios honra a Daniel moviendo el corazón del rey para que lo ponga como
gobernador de toda la provincia de babilonia y jefe supremo de aquellos sabios
que no pudieron interpretar el Sueño. Sus amigos Misael, Ananías y Azarías
fueron puestos en los negocios de la provincia, el ministerio de estos jóvenes
seguía creciendo, mientras que el del resto de los jóvenes cautivos simplemente
desapareció.
Aquí hay
algo interesante, cuando tú estás con el Señor, no solamente te engrandece a
ti, también engrandece a los que te siguen. Por eso es muy importante que
entendamos algo, no debemos de caminar con los que no van de rodillas con
nosotros y si tu unción y liderazgo no ayuda a tus colegas a crecer junto
contigo, entonces estás teniendo un liderazgo egoísta y centrado en ti. Lo
vemos en la vida de David, desde que se enfrentó a Goliat, sus hermanos lo
tacharon de soberbio, Saúl lo acusó de traidor, Ahitofel le dio la espalda, su
hijo Absalón lo exhibió, pero David nunca levantó su mano en contra de ellos.
A
diferencia de la postura defensiva que muchos hubiéramos tomado, David se
preocupo por siempre compartir su unción con otros, Jonathan, sus ejercito de
valientes, su hijo Salmón, hombres que conociéndole en los mas íntimo y saber
que cometió muchos errores, sabían que este hombre era el hombre conforme el
corazón de Jehová, porque a pesar de ser un pecador, fue un hombre que siempre
compartió su unción con otros.
La tercera intimidad de Daniel
Llega un
día en el que los sátrapas y gobernantes planeaban la muerte de Daniel y sus
amigos, provocaron que el rey los arrojara al foso de leones y al horno de
fuego respectivamente, siendo frustrados sus intentos.
Pero
había un nuevo rey en Babilonia y claro, una nueva oportunidad de aquellos
envidiosos para acabar con Daniel y sus amigos. La biblia dice que el Rey Darío
instituyó 120 sátrapas y tres gobernadores, de los cuales, Daniel era uno, y
aparte, era el que estaba por encima de todos porque en el había un espíritu
superior y el rey pensaba ponerlo por encima de todo el reino.
Daniel 6:3
Pero Daniel mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en él un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino.
La
respuesta de los sátrapas ante esto fue el descontento de tener a Daniel como
su superior. De inmediato propusieron acusarle de cometer alguna falla, por más
mínima que esta fuera para hacerle un escandalo al mero estilo de la política actual,
con grabaciones, medios pagados para exagerar la información, spots con publicidad
negativa… nada mas cercano a la realidad. Pero la escritura nos dice que Daniel
era tan recto, que no hallaron tacha alguna en él. Imagino que hasta intentaron
sobornar gente para testificara en contra de Daniel, pero tal era la rectitud y
pulcritud de Daniel, que nadie se atrevía a decir lo contrario.
El plan “maestro”
de los sátrapas fue acusar a Daniel de que blasfemar contra el Rey, y de manera
maquiavélica idean un plan en el cual, durante 30 días, nadie podía pedir nada
a nadie, ni a un dios o gobernante que no fuera el Rey Darío. El rey Darío firma
el edicto y lo primero que hace Daniel es ir a su habitación y orarle al Señor,
no solo una vez, si no 3 veces por día, sin duda alguna, Daniel entendió el
plan de los sátrapas, pero también entendió el plan de satanás.
Daniel
comprendió que su lucha no era en contra de los sátrapas, su lucha era en
contra de satanás, el plan de satanás era que Daniel por 30 días estuviera
incomunicado de Dios, que no orara, no ayunara, no leyera la biblia, no se
consagrara, porque esa era la clave del poder de Daniel, tenia un Espíritu superior,
estaba lleno de la presencia de Dios. Satanás sabía que Dios tenía el poder de
librar a Daniel del foso de los leones y de cualquier ataque que le lanzara. Su
fin no era que Daniel tuviera miedo de los leones, su fin era que Daniel no orara
más, así lograría debilitarlo espiritualmente ya que solo así podía acabar con él,
pero mientras Daniel permaneciera en intimidad con Dios, nada le podría hacer.
Salmos 91:4-6
Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya.
El resultado
de esto fue, que cuando el Rey Darío vio que Daniel no fue devorado por los hambrientos
leones, echo en el pozo a aquellos mismos que acusaron a Daniel fueron llevados
al pozo junto con sus esposas e hijos. Dice la escritura que aun no llegaban al
foso cuando los leones saltaron sobre ellos y los devoraron quebrando cada uno
de sus huesos.
Y el Rey
Darío publicó un edicto nuevo que decía lo siguiente:
Daniel 6:26-27
De parte mía es puesta esta ordenanza: Que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque él es el Dios viviente y permanece por todos los siglos, y su reino no será jamás destruido, y su dominio perdurará hasta el fin. El salva y libra, y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; él ha librado a Daniel del poder de los leones.
¡Impresionante!
Todo es para la gloria de Dios, busquemos como Daniel la consagración, pero no
para ser exaltados como un hombre todo espiritual o con “más unción” que otros
(como si la unción se pudiera medir). Busquemos consagrarnos a Dios en la
soledad de nuestra habitación para que el sea exaltado, si bien es cierto que
la escritura dice que si buscamos al Señor en lo secreto el nos lo recompensa
en lo público, esto no quiere decir que nuestra recompensa será exaltarnos al
nivel de usar a Dios como un arma de un videojuego o darnos una imagen de
divinidad. Nuestra recompensa será que así como el Señor peleó por Daniel para
librarlo del dedo acusador de sus señaladores y de la boca de los leones, así
te librará el Señor, pero todo será para su nombre sea exaltado.